Goliat derrotado

Goliat Derrotado

Una vez más el autor recurre a personajes mitológicos o bíblicos como excusa para hacer del escorzo y la perspectiva el motivo central de la obra. Bajo un cielo primitivo yace Goliat derrotado, tras acabar de recibir el ataque de David. Su cuerpo se intuye grande y desgarbado, derrumbado a plomo sobre una especie de rellano sombrío la perspectiva no permite ver el rostro. Sabemos lo que ha pasado y tan sólo necesitamos la referencia de la lanza en su mano derecha y la piedra al lado izquierdo, que además de compensar la composición, completan la narración. La parte inferior de la obra presenta brochazos rápidos e inacabados de sanguina y burdeos que sirve para unificar el cromatismo general de la obra y asentar el cuerpo inerte de Goliat en el páramo que le ve morir. Aunque sencilla en su temática y color, el principal riesgo de este ejercicio es la perspectiva y gigantismo del pie derecho de Goliat, recurso compositivo que desencaja la estructura general. Como siempre, que sean los ojos del espectador quienes juzguen la conveniencia o no de esta licencia.

Las dimensiones de la obra son 156 x 95 cm.

Volver